Un buen policía debe estar preparado en lo jurídico, táctico, técnico y físico. De esa manera podrá encarar sus obligaciones correctamente, contando con un sólido entrenamiento que optimice su desempeño.
Es importante adquirir los conocimientos técnicos para desarrollar la tarea, pero no hay que descuidar el aspecto físico. En su lucha contra la delincuencia, el policía, muy frecuentemente, debe correr, luchar y ser capaz de una actividad física cansadora y prolongada. No sólo para cumplir con su deber, sino también como un modo de preservar la propia vida.
Un adecuado entrenamiento físico puede llegar a ser la diferencia no sólo entre el éxito o el fracaso de la misión del policía, sino entre su vida y su muerte. Por esta razón es un punto tan importante como el adecuado entrenamiento técnico.
Para quienes quieran realizar un correcto entrenamiento físico policial, ya sea para incorporarse a la policía o a un cuerpo de seguridad privada, existe un sitio aquí en el que le ofrecerán la mejor preparación para policías.
¿Cómo debe ser el entrenamiento de un policia?
Muchos policías creen que practicando cualquier deporte ya tienen el entrenamiento necesario para su actividad. Esto no es así. Jugar al pádel, o practicar natación, hacer ciclismo o físico culturismo les brindará un buen estado físico, sin duda. Pero no aumentará el rendimiento que deberá tener el policía para correr a los delincuentes, saltar obstáculos, luchar contra ellos y dominarlos. Es necesario que el plan de entrenamiento se ajuste a las necesidades que tendrá el policía en su vida diaria.
- Será necesario hacer una serie de ejercicios que mejoren la fuerza, la potencia, la resistencia cardio-respiratoria y muscular, la velocidad, el equilibrio, la agilidad y la psicomotricidad.
Una parte del entrenamiento se desarrollará mediante el levantamiento de pesas, ejercicios gimnásticos y de carrera. Pueden parecer similares a los que realiza normalmente, pero la diferencia estará en el modo de combinar los ejercicios.
La otra parte estará centrada en mejorar el equilibrio, la agilidad y la coordinación mediante ejercicios que incrementarán la propiocepción, es decir, el control de nuestros músculos, sistema esquelético y articulaciones.
Habrá que hacer, también, ejercicios basados en las situaciones de esfuerzo físico que se presentarán en el trabajo de policía, tales como movimientos y desplazamientos con el arma apuntando a una amenaza letal, técnicas de defensa a mano vacía, transiciones y otros que cubrirán sus necesidades específicas.