Desde que los videojuegos vieron luz en el mundo, se les ha asociado –no tan erróneamente- con una actitud sedentaria y perjudicial para el organismo humano, sin embargo, podemos recordar cómo, hace una buena cantidad de años atrás, tomábamos el mando de la Famicom o la Snes y lo movíamos de un lado a otro mientras jugábamos, emulando los movimientos reales de lo que ocurría en la pantalla, esperando que esto –infructuosamente- mejorara las habilidades personales del juego e incrementara la fuerza de las acciones.
Hoy en día, gracias a las nuevas tecnologías de videojuegos, de verdad debemos movernos para que nuestro personaje (sea persona u objeto) funcione, o para cumplir las metas del juego, ya que hoy en día las consolas más modernas cuentan con detector de movimientos, por lo que no sólo emulan las acciones físicas que se realizan en la vida real, sino que además se interactúa con objetos virtuales con el movimiento corporal.
La importancia de esto reside en un factor: cada vez son más los niños que escogen estar delante de un televisor en vez de ejercitarse, lo que los lleva a padecer enfermedades que son propias de adultos con sobre peso, como la diabetes tipo I o la hipertensión arterial.
De las árcades a las consolas
Uno de los videojuegos que goza de mayor popularidad es el Dance Dance Revolution, este videojuego nace originalmente en el árcade, y consiste en bailar pisando una o varias de las cuatro flechas dispuestas en la alfombra al ritmo de la música según las indicaciones de la pantalla: a mayor nivel de dificultad mayor la cantidad de ejercicio.
En cuanto a las consolas estas se han encargado de sacar varios juegos dedicados a ejercitarse, como el Wii fit, y otros videojuegos que requieren de realizar movimientos activos continuos y a no estar simplemente sentados delante de un televisor, ayudando a los más pequeños y a cualquiera a salir del sedentarismo de forma divertida.
