No sería la primera ni la última vez que el maestro de Educación Física comenta en su clase: “¿eres tú de este colegio?”, “¿eres de esta clase?”, “no me suena tu cara”, “¿eres nuevo?”… La respuesta a estas preguntas es que sí, por supuesto que pertenece a este colegio, a esta clase y asiste siempre a las sesiones de Educación Física. Y, ¿cómo es posible que se produzca esto?
Entre otras causas se puede señalar la gran cantidad de alumnos que debe atender el maestro de Educación Física de un centro escolar, siendo prácticamente imposible conocer la cara y el nombre de todos los alumnos a los que se les imparte clase.
Características de alumnos con Baja Autoestima para el desarrollo de las clases de educación física
Estos alumnos a los que denomino “ocultos” presentan baja autoestima y su objetivo principal en las clases es pasar desapercibidos. Suelen tener unas características especiales que los diferencian del resto:
- Capacidad intelectual media-alta.
- Habilidades motrices bien desarrolladas.
- Relaciones sociales limitadas. Se relacionan con un grupo de compañeros muy reducido y normalmente de la misma clase. Suelen estar físicamente muy próximos (aula, patio…).
- Sus calificaciones académicas son medias, aunque por su potencial cognitivo y motriz pueden rendir mucho más todavía.
El docente debe saber plantear actuaciones encaminadas a aumentar su autoestima y seguridad, lo que potenciará el desarrollo de la confianza en sí mismos, disminuyendo el sentido del ridículo y la sensación de que todos los demás hablan de lo que hacen y de cómo lo hacen.
Aumentar la autoestima de los alumnos en Educación Física
El maestro de Educación Física debe saber identificar estas situaciones para desarrollar actuaciones indirectas en sus sesiones y elevar su baja autoestima.
¿De qué manera afecta esta problemática en nuestras sesiones y cómo influye en nuestra programación diaria?
- – El alumno “oculto” no se esfuerza lo suficiente, pues no quiere destacar entre sus compañeros.
- – Presenta una baja motivación.
- – Al no querer llamar la atención de los demás, realiza las actividades a un nivel medio. Así evita que los demás compañeros se fijen en él o se rían.
¿Cómo podríamos mejorar su situación?
Desarrollando actitudes de cooperación y respeto entre los alumnos del grupo, mediante juegos cooperativos. Estos juegos desempeñan un papel muy importante para estos alumnos.
- Aumentan la confianza en sí mismos, como consecuencia de la confianza que el resto del grupo pone en ellos.
- Mejoran las relaciones sociales de todo el grupo al colaborar para alcanzar objetivos comunes.
- Se produce un nexo, una unión que supone la ayuda de unos a otros, la confianza de unos en otros, los ánimos que se intercambian, las emociones que comparten, los abrazos y gritos que los envuelven al conseguir el objetivo.
- Se eliminan los elementos discriminatorios, para convertirse en una unidad colectiva, donde importa poco la procedencia.
- Se potencia el compañerismo y el afecto, suprimiendo la agresividad y violencia que genera la actividad competitiva.
De forma general, podemos beneficiar a estos alumnos y a todos en general a través de estas pautas:
- – Se puede asignar alguna responsabilidad dentro del grupo, como ayudar al maestro a traer y recoger los materiales utilizados en la sesión, pasar lista, etc.
- – Plantear actividades donde los grupos se formen aleatoriamente, grupos mixtos.
- – Realizar algunas sesiones al inicio de cada curso relacionadas con la expresión corporal, juegos cooperativos para que los alumnos se desinhiban y mejoren sus relaciones.
- – Potenciar actividades de investigación fuera de horario lectivo en grupos aleatorios, mixtos o libres (seguimiento de noticias deportivas, búsqueda de información, deportes, recopilación de juegos populares,…).
- – Llevar a la práctica de manera interdisciplinar programas de habilidades sociales.