Ayuda a mejorar tu forma física y tu fuerza sin causarte daños físicos.
Está demostrado que la natación es uno de los deportes más completos que existen, pero además es una alternativa perfecta para aquellos que ven en el correr una forma de vida.
Muchos de los corredores hacen natación el día antes de una carrera porque se convierte en un perfecto calentamiento que tiene las mismas ventajas que correr en cinta o asfalto pero con el valor añadido de que es casi imposible lesionarte al no haber factores externos. La flotabilidad hace que el esfuerzo físico sea menos agresivo pero los beneficios son exactamente los mismos a nivel cardiovascular y muscular.
Es por eso que, tanto para recuperarte de alguna lesión como complemento a las sesiones de fisioterapia, como para mantenerte en forma, se ha desarrollado un tipo de deporte llamado aquarunning o, traducido al castellano, correr en el agua.
Ayudándote de un flotador comienzas a realizar los mismos movimientos que harías sobre el suelo, moviendo las piernas y las rodillas del mismo modo. No se trata de avanzar sino de mantenerse así en el tiempo estipulado, ayudándote también de las manos impulsando el agua hacía atrás. Es bueno utilizar las referencias que se tienen al correr «de verdad» con lo que realizas en el agua, por ejemplo, si normalmente corres 40 minutos, mantenerte el mismo tiempo así hacieno intervalos en función de la distancia.
Para estirar los músculos también es muy recomendable una piscina. Tanto si acabas de hacer aquarunning como si has realizado una sesión de natación al uso. Agarrándote al borde de la piscina en la zona profunda mueve una pierna de derecha a izquierda en sesiones de 10 y cambia de pierna. Estirarás así gluteos, aductores y abductores. Después, poniendote de lado y flexionando la rodilla y con el pie en ángulo recto estira la pierna de alante a atrás, ejercitarás cuadriceps e isquiotibiales y podrás ver que, cuando mejores en flexibilidad, podrás hasta sacar la pierna de la superficie del agua.