La bicicleta se convertirá en uno de los medios de transporte más utilizados del mundo, (incluso por sobre el coche) en unos 10 años. Y no lo decimos nosotros, lo dicen las estadísticas internacionales, que prevén un crecimiento acelerado debido a políticas medioambientales y sociales. Es por esto que nos centraremos fuertemente en ellas y hoy comenzaremos por enseñarte algunos consejos para cuidar y mantener tu bicicleta.
Las reparaciones y… ¿cambios de color?:
Tal y como lo mencionan nuestros colegas y expertos de https://www.uvesbikes.com reparar y cambiarle el color a una bicicleta, es una tarea que debe hacerse cada cierto tiempo. Y es que las estructuras pueden oxidarse, acumular humedad, y hasta debilitarse con el uso constante y/o el paso del tiempo. Es por esto que hacerle unas cuantas mejoras y apostar por diferentes tonalidades de color, compone una apuesta segura, y además en pro de la durabilidad.
Los neumáticos:
Cada una de las llantas de nuestra bicicleta, al menos cuando es conseguida de primera mano, cuenta con neumáticos diseñados especialmente para su tipo. Ya, con el paso del tiempo, solemos cambiarlas y perdemos la “asertividad” de los mismos, por esta razón es importante que pidamos asesoría de un profesional a fin de adquirir un cambio de neumáticos y que este tenga en cuenta:
- La rugosidad de la estructura: esto permite un mejor agarre al suelo.
- La distribución de los contornos en el fondo que logran brindar un mejor paso del agua y evitar que el lodo se quede estancado.
- El porcentaje del aire recomendado: es ideal evaluarlo para saber hasta qué punto debe ser completado con aire y evitar descompensaciones aerodinámicas.
Lubricar la cadena:
Es ideal, además de muy recomendado, que cada día después de utilizarla, lubriques la cadena con aceite. Es importante que distribuyas el líquido por cada diente, con el objetivo de que mantenga su rendimiento. De igual manera puedes servirte de un trapo, para que no existan excesos y con el paso del tiempo esto juegue en contra.
Cambios y cables:
Si tienes una bici de montaña, e incluso si posees una ordinaria, es importante que antes de cada salida, puedas revisar que no existan cables reventados o desgastados, además de que la orden que se brinde desde el manubrio, sea la adecuada. En caso de que no esté bien, lo mejor será que detengas tu viaje hasta tanto no se encuentre bien y puedas mantenerte a salvo.
Revisa los frenos:
Si los frenos están duros, las limitaciones te harán detener cada tanto, cuando deberías mantener cierta velocidad. Igualmente, pueden estar sin calibre, así que las acciones no suelen llegar de inmediato y esto puede ser peligroso en descensos o cuando de manera imprevista debas detenerte. En lo posible, trata de poner un poco de aceite para frenos y echar un vistazo en las llantas donde se encuentras las pastas de detención, comprobando que no se encuentren demasiado gastadas.
No olvides también que debes en cuando es bueno pasarte por una mecánica a que la revise un profesional y te de algunos consejos personalizados según tu modelo, y el tipo de bicicleta que tengas.