Triatlón de Salvaleón 2014
Buenísima experiencia en mi primer triatlón con tan sólo mes y medio nadando y 3 semanas de bicicleta.
Ya esa misma semana lo disfruté organizando todo lo que es necesario para un triatlón y el sábado en la salida en bici con Chema y Juanjo hablando sobre cómo es (parece que uno de los más duros).
Al llegar a Salvaleón comencé a ver la buena organización (pues te trasladan la bici, te llevan en autobús de un lugar a otro, etc… pero a lo largo de la prueba todo fue mejorando gracias a la organización y colaboradores guiándote a la perfección por el recorrido, un avituallamiento de agua, el buffet final de comida y el traslado de materiales de un lugar a otro (las gafas de bucear las dejé tiradas por ahí y cuando las daba por perdidas algún colaborador tuvo el gran detalle de meterlas en mi mochila). Un auténtico sobresaliente a Club Atletoris Salvaleon y los responsables de la organización)
Crónica del Triatlón, Raúl Martín Romero
A pesar de lo que me habían dicho de la dureza de las montañas mi gran pesadilla fue el agua (nunca me ha gustado y sigue sin gustarme) donde nunca me imaginé la mala sensación que se tiene cuando todos comienzan a nadar como locos y como si nos estuviese persiguiendo un enemigo. Una odisea lo de «nadar a ciegas» pues cuando sacaba la cabeza me daba cuenta que me había desviado. Una locura cuando te juntas al lado de uno y estás temiendo una patada o un manotazo (sin lugar a dudas, nadar en aguas abiertas es MUY diferente a nadar en piscina). Todo eso hacía que no pensará en la técnica (pues con la poca experiencia nadando aún no lo tengo automátizado) y sufría muchísimo más desgastandome muchísimo (es impresionante como llegando a correr hasta 30 kilometros y más de 2 horas sufiriendo, en el agua tuve ganas de dejarlo pasado 5 minutos. Pues dieron para muchísimos pensamientos. Pero de repente, se me vino a la retina un paisaje precioso y las ganas de coger la bici que tenía, así que a nadar como fuese para llegar hasta el final.
En la bici ya fue otra historia, lo disfruté de principio a fin a pesar de las grandes subidas (es más, mi miedo eran las bajadas donde al no estar acostumbrado no quería darle caña por miedo a caer). Por el camino me encontré con Juanjo y Chema ya que del agua salí el penúltimo, y la verdad, no hay mal que por bien no venga pues nos cascaron una buena fotito para el recuerdo en la que estamos todos juntos. Fue gracioso como al animar a uno al que adelantaba le di fuerza y fuimos a rueda un ratito, pero se le salió la cadena y me quedé otra vez solo. Una pena pues en bici de carretera ir juntos siempre es una ventaja. El esfuerzo nadando pasó algo de factura y notaba tocado el gemelo, así que iba con algo de miedo para la carrera.
En la carrera ya fue otra historia (y algo que ya conozco pues correr es lo único que sí he hecho anteriormente), tras el sufrimiento en el agua se me hizo muy suave, más aún con medio pueblo animando en un circuito de 3 vueltas en el que pasabas por mitad de la plaza.
Sin lugar a dudas una buenísima experiencia, más aún disfrutándolas con gente como Chema y Juanjo con los que ha dado gusto pasar un excelente domingo.
Por supuesto, disfrutamos también de la «transición tercera» con unas cervecitas y plato de jamón.
Muy sufrido, pero muy divertido a la vez y deseando ir a por el segundo triatlón (espero que con más entreno dentro del agua)