Con el aumento del peso la espalda tiende a echarse hacía atrás provocando molestias fundamentalmente en las lumbares.
El embarazo es un proceso largo. Durante sus nueve meses de duración se pasan por molestias de todo tipo, desde las naúseas y vómitos frecuentes en las primeras semanas hasta las molestias de circulación más típicas del final. Pero el problema fundamental es el aumento de peso que conlleva malas posturas y dolores que, siguiendo una serie de ejercicios de estiramiento diarios, se pueden evitar.
Fortalecer los músculos de la espalda y los abdominales y ganar en flexibilidad es fundamental para aguantar todo este proceso sin lesiones.
Uno de los ejercicios más comunes y eficaces es el que se conoce como «el gato». De rodillas en el suelo se ponen los brazos en paralelo a las piernas. En esa posición comienza a curvarse la espalda hacía arriba metiendo la barbilla hasta que toque el pecho. Se aguanta unos 5 segundos y se realiza el movimiento contrario, curvando la columna hasta abajo y poniendo la cabeza como mirando al techo.
Con ese ejercicio estiras y relajas. Para aumentar tu resistencia a futuras lesiones en la parte lumbar puedes realizar otros muchos provenientes por ejemplo del Pilates. Por ejemplo, en el suelo, sobre una superficie que te levante ligeramente la parte superior de la espalda y la cabeza te colocas estirada del todo. Entonces es cuando, poco a poco, subes una pierna doblada hasta el pecho y posteriormente la otra. Realizas el ejercicio en repeticiones hasta llegar a unas 15. Puedes continuar haciendo lo mismo subiendo la pierna estirada y colocandote los brazos tras la nuca, serán como abdominales adaptados a tu estado.
Otro ejercicio para ganar fuerza es, en la misma posición que te encuentras, con un almohadón entre las piernas subes toda la parte inferior de tu cuerpo apoyando en tus hombros el peso y vuelves a bajar. Con movimientos muy suaves que repetirás una media de 15 veces.
Si le dedicas a tu estiramiento y fortalecimiento de espalda y abdomen unos 10 minutos al día seguro que tus molestias de espalda, sobretodo en la zona lumbar, se reducen considerablemente. Préstale igualmente atención a tus posturas a la hora de sentarte y dormir, para que así disminuyan aún más las posibilidades.