Aunque la natación es un deporte seguro y sobre todo muy bueno para las personas que sufren dolores de espalda, es cierto que puedes tener algún tipo de lesión.
Las lesiones en la natación son pocas
Aunque todas las lesiones que están relacionadas con la natación tienen una incidencia muy baja siempre que se va a llevar a cabo la natación debes crear el ritual para poder llevar a cabo las normas de precalentamiento básicas, aunque si se hace a nivel de ocio o diversión, no se necesita llevar el precalentamiento al pie de la letra.
Las lesiones de espalda y cuello se dan en el estilo mariposa, cuando se entrena con una posición de híper-tensión en la columna, más específicamente en la zona lumbar. Debido a la dificultad del estilo, que requiere más fuerza en brazos y piernas, provoca lesiones por una mala técnica. Para evitarlas, debes mantener la cabeza alineada con la espina dorsal en todo momento.
En el caso de los deportistas profesionales
En este caso, las cosas cambian mucho ya que ellos pasan mucho tiempo en el agua y deben prepararse mejor.
Una de las lesiones más frecuentes y que se da en un 70% de las veces es el hombro de nadador.
El hombro de nadador lo sufren primero como una especie de tendinitis que se debe tratar en un médico de forma inmediata ya que en caso de que no se pueda tratar, se pueden tener serios problemas. La tendinitis puede acabar como un pinzamiento que deja a la persona con una inmovilidad temporal o permanente en el hombro.
Lesiones típicas de la natación
Las lesiones más graves -como la que te acabamos de nombrar- son las que se llevan a cabo en competencias extremos, es decir, casi nunca se dan a nivel de ocio.
Además, se dan en personas que nadan entre 10.000 y 14.000 metros al día.
La natación no es un deporte de contacto, pero aún así no está exento de lesiones. Procura no llevar entrenamientos con cargas exageradas y perfeccionar las técnicas de los diferentes estilos, ya que al ser un deporte de repeticiones puede implicar daños a largo plazo.Entrena en sesiones, con descansos y con un profesor que pueda corregir tu técnica. Si sufres alguna lesión, consulta a un profesional de la salud
Anímate a competir
Una vez que tengas la suficiente práctica y te sientas listo, es el momento de que empieces a competir y te midas con el entrenamiento de otros nadadores. Esto no solo te dará seguridad en las cosas que haces, sino que te ayudará a saber en qué estás fallando o qué debes mejorar.




