En educación física, uno de los aspectos más importantes a analizar es el del aprendizaje que han realizado los alumnos. La evaluación de estos aprendizajes tiene distintos métodos, algunos más eficaces que otros. En un entendimiento más completo de la educación y sus alcances, el de la evaluación es el soporte final de una tríada que algunos profesionales deciden obviar.
Muchas veces se excusan de la evaluación aduciendo que “una buena actuación dirigiendo la clase basta”, pero en realidad se trata de una falta muy importante: falta de respeto hacia los estudiantes, hacia el trabajo docente y hacia la correcta evaluación de qué aprendieron, que están aprendiendo y qué pueden aprender en el futuro los alumnos
El error de evaluar “a ojo”
Cuando un docente, sea de educación física o de cualquier materia, evalúa únicamente a ojo, está cometiendo un gran error. Falta el respeto a la formación del alumno, a sus esfuerzos, errores y virtudes. El rol del docente es el de indicar adecuadamente los aspectos positivos y negativos de la cursada de cada alumno, y allí es donde el alumno podrá reconocerse, habiendo o no trabajado en los aspectos que el docente le indicará al hacer una devolución sobre su trabajo.
Por este motivo, aquellos docentes que sostienen evaluar únicamente por lo que ven, carecen de autoridad moral para exigirle nada a sus alumnos. No es la misma la nota que debe tener un alumno al que todo le sale bien desde el aspecto físico pero en comportamiento y solidaridad con sus compañeros no hace nada. Este tipo de alumnos deben tener una nota que refleje exactamente eso: aptitudes físicas pero falta de desarrollo en lo emocional.
Tipos de evaluación
Al igual que en el resto de las materias, existen distintas alternativas a la hora de evaluar el trabajo de los alumnos. Se pueden utilizar técnicas sumativas y formativas, de proceso, normativas o criteriales. Dependiendo lo que vayamos a evaluar en cada momento del año puede que alternemos entre una y otra. La clave a la hora de realizar las evaluaciones es que los alumnos sepan exactamente qué tipo de procedimiento estamos utilizando.
Esto es para que sea justa la vara con la que se los evaluará. No se pueden hacer excepciones y simplemente otorgar una buena nota a aquel alumno que nos cae simpático. Es importante tener consideración por los que trabajaron durante el año y se esforzaron, así como ser severos con los que aún teniendo buenas notas decidieron no ayudar. De los que no desean esforzarse también hay que ocuparse, pudiendo expresar abiertamente cuáles son sus fallos y posibles correciones.
La evaluación para alumnos y docentes no debe ser un momento de tensión. Al contrario, es el momento en donde se refleja aquello que se estuvo trabajando en diferentes momentos del trimestre o del año. Por esa razón, y pensando siempre en mejorar la educación física en su conjunto, la evaluación es fundamental.
Quizás haya profesores que lo consideran un incordio. Pero es el rol del docente el de ayudar a guiar el camino del avance y la superación, y la evaluación muestra hacia donde van esos avances.
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