Empezar a hacer ejercicio, todo lo que debes saber

El ejercicio es beneficioso a cualquier edad. La actividad física regular también puede reducir a la mitad el riesgo de padecer enfermedades coronarias, derrames cerebrales, diabetes y algunos cánceres. También puede reducir el riesgo de padecer osteoporosis, que provoca que los huesos se vuelvan frágiles y tengan facilidad para romperse, así como aliviar dolores lumbares bajos y mitigar el agarrotamiento y el dolor de la artrosis.

ejercicio 1

Empezar poco a poco significa centrarse primero en los objetivos a corto plazo. Céntrate en los objetivos de una semana a vista, en los entrenamientos del día y luego, en hacer el siguiente entrenamiento. El ejercicio también es bueno para la mente. Las personas que introducen alguna actividad física regular en su rutina están de mejor humor, duermen mejor, tienen niveles más bajos de estrés y ansiedad y perciben cambios positivos en su propio concepto. Para algunas personas con depresión, la actividad física puede resultar tan efectiva como seguir un tratamiento o tomar medicación.Que tu reto sea encontrar esos 15-45 minutos al día, tan a menudo como sea posible, para moverte más.

El tipo de ejercicio a escoger dependerá de la forma física y el estado de salud actuales, y los que se pretenda alcanzar. Por ejemplo, si se está intentando perder peso, lo ideal será hacer un ejercicio aeróbico moderado como caminar, correr o andar en bicicleta. Y cuanto más haga, más calorías se quemarán y más peso se perderá. La clave para obtener el máximo beneficio del ejercicio es la regularidad. El mejor modo para conseguirlo es hacer del ejercicio parte de la rutina diaria, por ejemplo yendo al trabajo a pie o en bicicleta. Hay que tratar de no ver el ejercicio como una carga y escoger algo con lo que se disfrute, ya sea caminar, jugar al fútbol o bailar. También puedes recurrir a algunos ejercicios en casa. A continuación te dejamos algunos.

Flexiones en el suelo

Las flexiones son un ejercicio muy fácil de realizar en casa, ya sea en el suelo o sobre una esterilla. Acuéstate boca abajo y coloca la palma de las manos en el suelo a la altura de tus hombros. Levanta tu cuerpo y consigue mantener tu cuerpo erguido sin subir el glúteo y mirando hacia el frente. Si no puedes con todo tu peso, puedes apoyar las rodillas, de esta forma se trabaja la misma zona a una menor intensidad. Realiza tres series de 10 flexiones.

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Subida de escalón

Aunque este ejercicio se realiza con un cajón, puedes utilizar una silla o cualquier objeto que te permita subir a él sin que se vuelque. Apoyamos uno de los pies completamente en el cajón y el otro en el suelo. El pie que está en el suelo se eleva y se coloca también en el cajón. Ten en cuenta que al elevar el pie debes utilizar la fuerza de tu pierna y contraer tu abdomen. De lo contrario, no estarás haciendo el ejercicio de una forma correcta. Haz dos repeticiones de 10 subidas con cada pierna.

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